Gruta del Exilio

Al principio de los tiempos, el equilibrio de la vida estaba en manos de tres divinos hermanos: Bahar-Taraji, la Diosa de la Creación, y sus hermanos Baljit-Elvedin, el Dios de la Conservación y Beran-Setaou, el Dios de la Disolución. La gente veneraba a los dos primeros, pero temían al tercero. Con el paso del tiempo, la envidia de Beran-Setaou creció al punto de transformare en envidia y odio. La furia del Dios se volvió tan violenta que Beran-Setaou decidió matar a su hermana, la Diosa más adorada de la gente.

La muerte de la Diosa tuvo terribles consecuencias. Un invierno largo y cruel congeló el mundo de los humanos. E incluso los dioses sufrieron. Beran-Setaou se retiró a la completa soledad cuando se dio cuenta de la gravedad de su acto. Su hermano Baljit-Elvedin guardó largo luto por su hermana antes de ponerse en busca de su hermano. Cuando lo encontró en una cueva subterránea, entre los dos hermanos estallo una violenta y sanguinaria lucha, que ninguna de las dos partes fue capaz de vencer. Sin embargo, Baljit-Elvedin logró sellar la gruta y regresar al mundo de los humanos. Desde entonces, él protege con su mano la tierra y todas las criaturas que la habitan y que han sabido apartarse de la maldad de las fuerzas oscuras.

Son muy pocos quienes saben donde se encuentra la cueva, que desde aquel momento tomó el nombre de Gruta del Exilio, y los que lo saben lo guardan en secreto. El dragón oscuro reina sobre el mundo subterráneo y sobre sus habitantes. Todavía siente un profundo odio por todas los seres vivientes. Y todo el que se cruce en su camino sentirá esta ira impotente.